Equipo Empres@ctiva
Hace más de 20 años el equipo de Atacama Bio Natural se instaló en un tramo al costado de la ruta A-665 entre La Tirana y La Huayca en la Región de Tarapacá. ¿El objetivo? Comenzar con la investigación de microalgas. Empezaron con la Dunaliella salina para la producción de betacaroteno y luego generaron sistemas productivos para la Spirulina. Sin embargo, hace un buen tiempo que se han dedicado al Haematococcus pluvialis, una microalga que produce un poderoso antioxidante natural conocido como astaxantina.
Mario Calderón, biólogo marino, socio y Gerente de Operaciones de Atacama Bio Natural, filial de la empresa Andes Drip, cuenta que la empresa ha apostado por la economía del conocimiento, enfoque que han mantenido por dos décadas.
“Hace muchos años que se habla de que las microalgas son bio-factorías que pueden generar moléculas de interés para diferentes ámbitos, sobre todo para la salud humana. Muchos países han apostado por la producción de microalgas, no solo Chile. La historia del país, y en especial de esta región, nos dice que siempre hemos sido explotadores de recursos. Desde la época del salitre, luego las pesqueras y ahora la minería, siempre nos hemos focalizado en la explotación de recursos naturales. Por el contrario, nuestra apuesta, la apuesta de la empresa, tiene como visión desarrollar un proceso sustentable y basado en el propio conocimiento”, afirma Calderón
El proceso que ha desarrollado Atacama Bio Natural se puede resumir de la siguiente manera. A través de los hidrocultivos en una treintena de piscinas ubicadas en medio del desierto se genera una pulpa concentrada en microalga. Esta pulpa se seca y luego el polvo resultante se envía a Alemania o Estados Unidos para la extracción de un aceite a través de la modalidad de CO2 supercrítico. Esta oleorresina se puede luego disponer en cápsulas blandas, aunque también se pueden trabajar otros productos micro-encapsulados o disolubles en agua para consumo humano. A partir del alga también se pueden generar productos para consumo animal.
Hoy, dice, toda la atención está puesta en la astaxantina. No obstante, la empresa tiene un departamento de investigación y desarrollo que está en la búsqueda de otras microalgas que puedan generar compuestos como el Omega 3 (EPA – DHA).
“Esto nos hace distintos al resto porque somos una empresa de conocimiento y además somos sustentables. Tenemos un equipo grande de profesionales que están trabajando para desarrollar otras moléculas a partir de nuevas microalgas, pero en términos de producción seguiremos concentrados en la astaxantina. Lo bueno de esto es que nosotros no dependemos de nadie, dependemos de nosotros y de las condiciones ambientales, porque las microalgas son organismos maravillosos que toman energía de la luz más ciertas sales inorgánicas y las transforman en biomoléculas”, explica Mario Calderón.
Fue esta dinámica innovadora la que llevó a Atacama Bio Natural a ser reconocida por la Asociación de Industriales de Iquique y El Tamarugal como “Socio Destacado AII 2023”. Una empresa que aprovechó las condiciones climáticas y geográficas de la pampa y en la que hoy trabajan alrededor de 130 personas.
Sobre esta distinción, el Gerente de Operaciones afirma que “la gente está súper contenta porque más que la infraestructura lo que nosotros tenemos es un equipo potente de investigadores, operarios, porque incluso hemos traído personas de otros rubros y las hemos tenido que capacitar para una empresa del área de la biotecnología. Ha sido un premio importante y todo el equipo lo ha tomado como un desafío para seguir creciendo y seguir haciendo las cosas bien”.
Cielos despejados, luz solar directa durante gran parte del día, escasas lluvias y sitios sin construcción en los alrededores ni zonas agrícolas con posibles contaminantes. Todos estos factores, más una fuente de agua asegurada y sales como fosfatos y nitratos, fueron decisivos para instalarse en medio de la Pampa del Tamarugal. Sin embargo, el mercado para la astaxantina está fuera de Chile, explica el biólogo marino.
“El mercado interno no es interesante”, asegura. Y lo advierte con una anécdota. “Nosotros partimos con esto para la pigmentación de salmones. Llegamos al sur con mucho entusiasmo, pero la primera pregunta fue si nuestro producto natural era más barato que el sintético. Y ahí les respondimos: ¡Imposible! Eso nos demostró cómo es la mentalidad local, porque de vuelta nos contestaron: ‘Cuando vas a un restorán nadie pide un salmón pigmentado naturalmente, te piden un salmón, entonces nos da lo mismo pigmentarlo con un derivado del petróleo’. Por el contrario, en otros mercados sí valoran el salmón o la trucha pigmentados naturalmente”.
En paralelo a la investigación de nuevas microalgas, la empresa espera su consolidación en Asia, Europa y Estados Unidos. Han sido más de 20 millones de dólares de inversión durante todos estos años, pero la valoración del producto sigue siendo la misma: “Nos estamos oxidando permanentemente con dietas cada vez peores, comida chatarra, alcohol, cigarros, alto consumo de carnes rojas. El cuerpo nuestro se oxida por todos lados y nuestras dietas no son capaces de equilibrar ese nivel de oxidación. Por ello debemos suplementarnos y la astaxantina es clave”.