La educación es una de las principales barreras al momento de ingresar a trabajar en empresas mineras o de proveedores, sin embargo, también hay otras aristas menos conocidas como las exigencias en salud. Desde el ámbito público trabajan de forma multisectorial para reducir esas brechas y garantizar el trabajo en faena, especialmente para jóvenes de la región.
Avanzar en una mayor inclusión al mundo laboral, especialmente en el rubro minero, es parte de los objetivos que persiguen distintos actores como la academia, la empresa privada y el sector público. Para lograr ese objetivo es que existe un diagnóstico sobre las brechas y desafíos pendientes. En ese aspecto, la necesidad de una mejor educación y capacitación es clave para lograr esta tarea, pero no es lo único.
Iván Escares, director regional del Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (Sence) dependiente del Ministerio del Trabajo, cuenta que hay distintos elementos que desfavorecen la incorporación de trabajadores y trabajadoras a la industria minera.
“Por ejemplo: la falta de experiencia para cumplir con los perfiles laborales de la minería. Eso es un gran tema. También hay aspectos más ligados a la salud y los hábitos de vida que hace que muchas personas no aprueben los exámenes de salud. Hay también un problema de escolaridad, con la falta de nivelación de estudios básicos y medios. Y derivado de lo anterior, sin duda, es la carencia que más nos implica como la falta de talento humano competente, donde no hay una correlación positiva entre formación educativa y demanda laboral”, cuenta el director regional de Sence Tarapacá.
Agrega que desde el Servicio han empujado acciones de forma permanente y asociados a otros organismos públicos, así como a empresas y los propios trabajadores, con el fin de acortar las brechas que los alejan de las oportunidades laborales. “En este sentido hemos impulsado instancias de articulación público-privada para poder acercar los instrumentos Sence a las personas y aportar con el talento humano que requiere la minería 4.0”, dice Escares.
Las acciones, afirma, han sido variadas y van en la dirección de aunar conceptos como empleabilidad, inclusión y desarrollo productivo. Entre estas iniciativas, cuenta que “Tenemos un trabajo con la Red Territorial OMIL (Oficinas Municipales de Intermediación Laboral), donde, en alianza con los municipios, apoyamos procesos de reclutamiento laboral; nuestra futura Plataforma de Intermediación Laboral, las Ferias Laborales, la articulación con la Educación Media Técnico Profesional y el trabajo que hemos realizado con el Observatorio Laboral, aportando desde la generación de información y análisis del mercado laboral regional. En general, todas estas son instancias para promover el empleo local y la participación de jóvenes y mujeres en la industria minera, a través de nuestra oferta programática para la capacitación, intermediación laboral y subsidios a la contratación”.
El Secretario Regional Ministerial de Minería, Wladimir Astudillo, cuenta que el diagnóstico es compartido entre los distintos actores que participan del rubro minero local. El primer foco está puesto en cómo mejorar la formación y capacidades técnicas de los trabajadores mineros, mientras que el segundo tiene relación con el consumo de drogas, una situación que impide la correcta inserción de los trabajadores en minería.
“Eso es al menos lo que se ha levantado por parte de todos los actores vinculados con la minería. Hemos propiciado y solicitado a las distintas compañías mineras de la región que aborden esta problemática. Desde el mundo privado Teck ha ejecutado programas para abordar habilidades transversales que se requieren para el buen desarrollo en el puesto de trabajo. La empresa ha estado trabajando directamente con colegios para que cuenten con el sello del Consejo de Competencias Mineras y ahí el trabajo que se hace es certificar que la educación que se está impartiendo tenga el estándar necesario para que sean más elegibles al momento de buscar trabajo. Por su parte, Collahuasi tiene iniciativas en los colegios Juan Pablo II en Alto Hospicio y el Padre Alberto Hurtado en Pica.”, cuenta Astudillo, iniciativas privadas que además buscan capacitar a estudiantes de Alto Hospicio y El Tamarugal, para que ingresen a faenas como operadores, mantenedores y conductores.
Desde el sector público, en tanto, el seremi de Minería en Tarapacá cuenta que se generó una iniciativa llamada Programa de Prácticas Mineras, instancia que convoca a quienes salen de cuarto medio con el fin de que conozcan las ofertas labores tanto de empresas mineras como de contratistas, además de otros servicios públicos como los ministerios de Educación y Trabajo, además de la Asociación de Industriales de Iquique dada su relación con los proveedores de la minería. Sin embargo, este programa fue incorporando otras necesidades.
“En ese espacio se presentó la oferta de compañías mineras y proveedoras en temas de práctica, pero los principales problemas están en las habilidades transversales. Se inició esta convocatoria como un programa de práctica, pero ha ido mutando a una iniciativa que busca fortalecer las habilidades. Incorporar a jóvenes a la minería no es una tarea sencilla, porque no debemos olvidar sus condiciones de adolescentes y que a veces no tienen muy claras sus prioridades. La minería finalmente es una industria que tiene sus particularidades como trabajar en altura geográfica, lugares remotos, sistemas de turno y por tanto quienes deciden iniciar una carrera en minería deben saber cuáles son los desafíos que van a enfrentar”, advierte Astudillo.
Es por ello que no solo se busca guiar a quienes se incorporan al mundo laboral, sino que también es necesario contar con profesionales ad hoc que den un buen recibimiento a quienes llegan a faena, y también capacitar a los docentes del área. Lo anterior permitirá que los profesionales requeridos sean de la región y no de otras partes del país.
Jorge Villegas, rector del Centro de Formación Técnica Estatal de Alto Hospicio, afirma que desde un inicio han reconocido la importancia de formar técnicos de nivel superior altamente calificados que respondan a las necesidades de los sectores productivos característicos de la región, en especial la minería. Actualmente ofrecen carreras específicas orientadas a Mecánica en Mantenimiento Predictivo, Logística, y Eléctrico en Energías Renovables
“Nuestras carreras están diseñadas con un enfoque práctico y alineado con los requerimientos actuales de la industria. Además, contamos con un equipamiento de vanguardia en línea con las necesidades del sector productivo, asegurando que las y los estudiantes desarrollen sus competencias con las herramientas y técnicas más avanzadas, para una óptima inserción laboral”, comenta el rector del CFT.
Asimismo, han reforzado la vinculación con el medio, un eje central que los mantiene en constante actualización de los planes de estudio. “Esta vinculación nos permite adaptarnos a las demandas del mercado, estableciendo relaciones sólidas con empresas y organizaciones del sector, y garantizando una formación pertinente y de calidad para nuestros futuros técnicos”, asegura Villegas.