Jorge Riesco, presidente de la Sociedad Nacional de Minería (SONAMI): “Lo fundamental es trabajar unidos y en coordinación con las entidades gremiales que ya existen”

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Durante los últimos años, la minería en la Región de Tarapacá ha sumado diversas empresas. Compañías grandes, pequeñas y medianas, han generado un aporte al ecosistema local, tanto en su productividad como en su comercialización, convirtiendo esta industria como uno de los ejes productivos más importantes en el territorio.

Con ello, se han creado distintos gremios y sociedades como la Sociedad Nacional de Minería, institución gremial que agrupa y representa en Chile a la actividad minera de gran, mediana y pequeña escala, metálica y no metálica.

A través de esta entrevista, su presidente, Jorge Riesco, nos cuenta más sobre el importante rol que juega este gremio en el sector y su visión respecto al aporte que realiza la Asociación de Industriales de Iquique y el Tamarugal, para con el ecosistema minero de la macrozona norte.

– ¿Cuál es el rol que juega SONAMI en la minería nacional?

“SONAMI es una institución que este 2023 cumple 140 años de existencia, constituyéndose en una de las organizaciones gremiales más antiguas del país. Agrupamos a la pequeña, mediana y gran minería, metálica y no metálica. A lo largo de nuestra historia, hemos jugado un rol clave en el desarrollo de nuestra principal actividad productiva. Como representantes de la industria minera nacional, nuestra estrategia apunta a impulsar el fortalecimiento de una minería productiva y sostenible, y ha sostenido una relación franca y fluida con las autoridades sectoriales e impulsado iniciativas de todo tipo para el fomento integrado de todos los sectores de la minería. En el reciente proceso de la Convención Constitucional tuvimos una activa participación con los convencionales para hacerles llegar nuestra postura sobre el desarrollo de la industria minera y, junto a Compromiso Minero, presentamos una Iniciativa Popular de Norma que reunió más de 24 mil firmas”.

– ¿Qué opinión tiene  sobre el trabajo  que  realiza la AII para con la industria minera en la macrozona norte?

“Tenemos una muy  buena opinión respecto al trabajo que está desarrollando la AII y, en particular, de su rol como vocera de un ideario empresarial. Cabe destacar el liderazgo y compromiso de la AII en el desarrollo empresarial y el emprendimiento regional”.

– ¿De qué manera aporta la asociatividad de la AII al royalty minero?

“La conformación de Compromiso Minero, que agrupa a todo el ecosistema minero, ha jugado un importante rol en la promoción positiva del sector minero, tanto en materia constitucional como en el proyecto de royalty. Un buen  ejemplo fue la  presentación de la IPN ante la Convención. De la misma forma, vemos que la AII ha tenido un rol relevante en la coordinación con el resto de los gremios empresariales del norte del país, para exponer su postura respecto al impacto que el royalty minero puede tener en la minería”.

¿Cuál es su visión respecto a la creación de entidades gremiales para potenciar la industria?

“Celebramos siempre la asociatividad como factor potenciador de iniciativas e ideas. Sin embargo, más que la creación de nuevas entidades gremiales, lo fundamental es trabajar unidos y en coordinación con las que ya existen y, en ese sentido, hay una oportunidad en el trabajo conjunto con entidades de distintas regiones, lo que aporta a la representatividad y descentralización. En términos agregados y para la construcción de una imagen común, Compromiso Minero ha cumplido muy bien ese rol. Es necesario potenciar aún más esa instancia frente a los desafíos que se vienen  para nuestra industria en el año 2023 y, además, buscar proyectos concretos de acompañamiento y apoyo a la minería a nivel regional”.

– Desde su experiencia, ¿Qué desafíos tiene la minería local y nacional de cara al futuro?

“El principal desafío  es  que toda la  minería, cualquiera sea su tamaño, desarrolle una actividad sustentable con el medio ambiente y las comunidades. Hay que poner especial atención a los procesos, ya que cada vez es más importante cómo se produce y tener la debida trazabilidad.  Asimismo, resulta capital la necesidad de acercar aún  más la minería a la comunidad, no sólo la que habita en torno a las operaciones, sino a la que está más lejos, como por ejemplo la Región Metropolitana. Somos  un  país minero  por excelencia, pero la gran mayoría de  los chilenos no sabe o no lo siente así, y ese es un desafío que debemos abordar. Debemos acercarnos más y hacernos más queribles”.

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