- Su aporte en la creación del proyecto “La Historia de la Industria de Tarapacá”, encabezado por la Asociación de Industriales de Iquique, pone en evidencia la importancia de esta actividad económica a partir de la década de los ’30.
La pesca ha sido parte de los hitos industriales y económicos en la zona desde 1934 y claramente ha formado parte de la historia local con su aporte para el desarrollo de la región. Así lo confirma el historiador Juan Vásquez Trigo, quien formó parte de la creación del libro “La Historia de la Industria de Tarapacá”, proyecto encabezado por la Asociación de Industriales de Iquique, que busca evidenciar la envergadura del aporte fabril en el progreso de este territorio.
“A partir de ese año (1934) se instalan en Iquique una serie de compañías y la investigación constató el tipo de producción desarrollada, sus principales empresarios, tipo de producción, tipos de naves utilizadas, la extensión de la pesca y su tipo, toda la ideología, lo antropológico y sociológico de las chamayas y los chamayos (obreros y obreras de la pesqueras) que procesaban el pescado; tanto el que se exportaba como el que servía para el consumo local, como la sardina, anchoveta y albacora. El estudio abarca hasta 1958, con un proceso que comienza en el sector de Cavancha y luego se traslada hacia El Colorado, el parte norte de la ciudad”, explica el historiador.
Juan Vásquez, explica que, a partir de este año, comienza la industrialización de la pesquería local con procesos de enlatados y de fabricación que llevaron hasta la exportación, logrando hasta un envío de 10 mil cajas de sardinas, cuyo destino era Estados Unidos. “Siempre hemos visto los años 30 ó 40 como épocas de crisis, de falencias económicas en la región, sin embargo, la industria pesquera fue muy fuerte y potente en el periodo en que el salitre entró en crisis. Eso es desconocido y fue puesto en valor en este libro. Entonces se requerían operadores limpiadores del pescado, tripulantes de naves y que hicieran las capturas respectivas, gente para fabricar las cajas que deberían enviar a los mercados nacionales e internacionales, entre otros desempeños que generaban puestos de trabajo y requerían mano de obra”, cuenta el experto.
Esto último, comenta Juan Vásquez, vino a suplir, de alguna medida, la falta de trabajo que se produjo tras la crisis salitrera, logrando también realizar exportaciones pesqueras a países como Perú, Argentina, Ecuador, Brasil, convirtiéndose en un polo de desarrollo muy potente “que no ha sido valorado en toda su dimensión”. En este sentido asegura que “lamentablemente era demasiada la gente que había llegado a la región, desde el norte chico, la zona central e incluso desde el sur, para ocuparse en el salitre. Era muy difícil que una industria, por muy relevante que fuese, tuviese la capacidad de absorber toda la mano de obra que había generado la industria salitrera y que entró en crisis a partir de 1930”, aseguró.
AUGE PESQUERO
Para el, además, profesor de Estado en Historia y Geografía, el verdadero auge de la Industria Pesquera se dio en la década de los años 1960 y 1970, lo que implicó que este rubro utilizara casi el 90% de la mano de obra local, pues solo la oficina salitrera Victoria se encontraba en funciones (deteniendo su desempeño el 31 de octubre de 1979). Asegura que actualmente, para realizar una “fotografía” de la situación habría que recurrir a la realidad que visualizan empresas como Camanchaca o Corpesca, las cuales tienen una historia presente en la evolución de este rubro.
“Hay una distancia entre la pesquera contaminante de los años ’60, a la industria limpia y descontaminante y de alta calidad, con muy buen nivel tecnológico, que se genera hoy en día”, indica Vásquez y asegura que es absolutamente posible llegar a los estándares de productividad de los “años dorados” de este tipo de industria. “Podemos recuperar aquel nicho económico. De hecho, actualmente las empresas están generando harina premium, así como aceite y harina; hay una producción activa y la parte pelágica se ha ido recuperando con las restricciones que ha implicado cada cuarentena, tras la llegada del Covid-19. Actualmente la capacidad de las naves es más grande, puede almacenar mayor cantidad de pescado, los procesos son más limpios y esto se puede demostrar”, aseguró y explicó que actualmente toda la tecnología aplicada, optimiza la extracción y sistemas de captura.
Cabe indicar que, en el año 1962, la Corporación de Fomento, Corfo, elaboró un plan que tenía como finalidad lograr un mayor crecimiento del sector para el período comprendido entre 1962 y 1965. Asimismo, con esta intervención estatal se fomentó la denominada pesca reductiva, basada en la anchoveta. En esta época también se iniciaron las exportaciones de la Empresa Iquique, una de las pioneras en este rubro.
Juan Vásquez indicó que el libro “La Historia de la Industria de Tarapacá” fue un “hermoso desafío pues el tema de esta industria nunca había sido tocado, no ha habido una historia industrial de Tarapacá” y aseguró que se trata de un trabajo pionero a través de la investigación de gran cantidad de rubros que, tanto en el país como en la región, que tuvieron que generar sus propios insumos a pesar de las importaciones con el fin de aportar al desarrollo.
El historiador recordó que al comienzo de la época industrial en la zona, Iquique generaba sus propios productos de consumo como harina, azúcar, licores, con el fin de así tener la autosuficiencia para mantener provisto el mercado local y generar excedentes para ponerlos en otras ciudades; asimismo resaltó cómo esto se complementó con la actividad minera, la actividad pesquera y armándose una “trama especial donde Tarapacá, e Iquique en particular, tuvieron un desarrollo industrial y de alto interés, lo que está traducido en las 200 páginas de este libro. Este libro da cuenta de esa evolución, transformación, sistemas de producción y productos de la industria en el tiempo””.
Juan Vásquez Trigo es actualmente consultor en áreas de Relaciones con Comunidades, además de gestor de estudios históricos y patrimoniales, y experto en fortalecimiento institucional y publicaciones. Es profesor de Estado en Historia y Geografía y licenciado en Ciencias Sociales.