Son diversos los sectores productivos que se vieron afectados considerablemente por la pandemia por COVID-19 en todo el mundo, la cual arrojó indudables números rojos para empresas de distintos rubros, durante más de dos años de inactividad económica, producto de la baja o nula productividad.
Una de las industrias más afectadas por la propagación de dicho virus fue el turismo, que se vio ampliamente mermado por las contínuas y extensas cuarentenas, cancelaciones de viajes programados a destinos en temporada alta y baja, cierre de hoteles y atractivos turísticos, la disminución de la movilidad, entre otros factores, que marcaron la crisis de la actividad turística en la región de Tarapacá y a lo largo de todo el país.
Sin embargo, el sector hotelero o de alojamientos turísticos, logró paliar las dificultades económicas con la ocupación por parte del turismo corporativo, precisamente de empresas ligadas a la minería, rubro que si bien tuvo una baja en su producción por contar con menos trabajadores, igualmente fue una alternativa de gran ayuda para que pudieran reinventarse.
En este contexto, la principal autoridad de turismo en la región, la directora de Sernatur, Bárbara Rojas, entrega su mirada respecto a cómo la industria hotelera pudo salir adelante y sumarse a la reactivación económica, además del trabajo articulado que existe actualmente con la Asociación de Industriales de Iquique y El Tamarugal.
“El turismo corporativo fue fundamental, por lo menos para el sector hotelero, porque Tarapacá tiene un fenómeno bien particular, que tiene que ver con que cuenta con diversos sectores productivos y la minería finalmente es uno de los sectores más importantes que tiene la región. Esto significa largas estadías de personal de empresas en hoteles o alojamientos turísticos en Tarapacá”, dice Rojas.
Respecto a la importancia del trabajo colaborativo entre la Asociación de Industriales de Iquique y El Tamarugal, y Sernatur, la autoridad de turismo destaca que “tenemos un trabajo bien importante. Nos hemos reunido bastantes veces, tanto con el gerente general como su directorio, porque tenemos un plan de trabajo que estamos desarrollando y que tiene que ver con que hay una ocupación clara por parte del turismo corporativo, y tenemos que hacer que esa ocupación se traduzca en una ocupación por turismo de ocio”.
Gremio hotelero
Desde la mirada del sector hotelero, la gerenta del Hotel Gran Cavancha, Cecilia Gómez, quien además integra la Asociación de Empresarios Hoteleros de Iquique, explica la relevancia que tuvo la instalación de faenas mineras en la zona previamente al inicio de la pandemia, para así lograr remontar las bajas cifras que tuvieron en cuanto a la ocupación de camas.
“Particularmente y afortunadamente teníamos un contrato con empresas mineras. La realidad fue que cuando parte la pandemia, ya estaba instalado aquí en la región el proyecto QB2 de Quebrada Blanca, entonces eso ayudó a muchos hoteles y alojamientos turísticos a poder solventar la baja ocupación del turismo de ocio o de vacaciones”, dice la gerenta.
Gómez agrega que, como establecimiento, decidieron priorizar en primera instancia la forma de adaptarse lo antes posible con la implementación de protocolos sanitarios que exigía el Ministerio de Salud, para así poder recibir clientes.
“Nuestra primera estrategia fue adaptarnos en términos de poder cumplir con todas la normativas sanitarias que exigía la autoridad y así estar preparados para recibir turistas que vengan a vacacionar o con algún fin laboral, cuando las restricciones sanitarias fueran disminuyendo”, sentencia.




